Jubilarse no tiene que significar soledad o aislamiento, por eso un grupo de mayores ha importado el modelo de convivencia «entre amigos» y se está organizando para construir su propia residencia.

De izquierda a derecha, Antonio Cáceres, Rosa San Martín, Óscar Méndez y José Manuel Guirau en la sede de CANARIAS7

Hoy las personas mayores no solo quieren jubilarse, sino mantener una vida activa, compartir experiencias y no sentir soledad, una de las «epidemias» de nuestros días. Esa idea unió a un grupo de pensionistas que pensaron que lo mejor era montar su propia residencia construyéndola desde cero en el primer proyecto de cohousing (convivencia) de Gran Canaria. Para ello hace un año crearon la asociación ProCohousing Gran Canaria (Covisenior) y ahora una cooperativa.

«Estamos buscando un solar entre Telde e Ingenio», explica Rosa San Martín (69 años). La idea es «construir entre 40 y 42 apartamentos de unos 50 o 60 metros cuadrados. Cada uno con dos habitaciones, salón-cocina, baño adaptado y una terraza. Pensamos en un edificio de solo dos alturas, con aparcamiento. Serán casas ecológicas con una piscina, jardines y zonas comunes» avanza Óscar Méndez (65 años). «Es un espacio adecuado para hacer vida en común», añade.

«El problema de la soledad hoy es tan grave como la enfermedad porque la agrava. El último año murieron solas tres personas», lamenta Antonio Cáceres (67 años), otro de los promotores del proyecto. «La esperanza de vida aumenta y hay que saber qué hacer en esos años. Tenemos cada vez más personas en edad avanzada, pero no sabemos cómo manejar ese problema», advierte José Manuel Guirau (65 años). Pero, además, apunta Rosa San Martín, «tenemos la capacidad de seguir haciendo cosas».

El problema son los cuidados y la falta de plazas residenciales. «En Canarias hay en lista de espera 5.000 personas», recuerda Antonio Cáceres. Y entrar en una residencia privada está por encima de las posibilidades económicas de una buena parte de la ciudadanía. «No entramos en una pública por nuestra pensión, pero tampoco podemos pagar una privada», reconocen. Ante esa situación se aventuraron al cohousing, pero pretenden que las administraciones ayuden. «Le pedimos que ya que no nos van a atender [con recursos públicos], que nos faciliten un terreno en uso 75 años para hacer este proyecto», afirma Antonio Cáceres. Como en otras experiencias similares, quienes se apunten a la idea deben pagar una cuota inicial a la cooperativa y mensualmente entre 800 y 1.000 euros.

Fuente: Canarias 7