El centro de actividades del Garañón acoge este año el campus de la organización para invidentes en Canarias, con un total de 24 niños y niñas de todas las islas. Hoy acaba después de una larga semana de actividades, incluido un concurso de cocina.
La delegación territorial de la ONCE en Canarias ha organizado otro año más en el complejo del Garañón (Tejeda) el campamento de verano para los jóvenes de entre seis y dieciséis años afiliados a su corporación social para invidentes. Son un total de 24 niños y niñas, algunos con discapacidad visual y otros sin ella, procedentes de las islas de La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote.
Su programa de actividades ha estado dividido a lo largo de la semana, empezando por la adaptación, ya que deben conocer el terreno en el que van a estar, a sus compañeros, monitores, material, instalaciones, etc. Los niños, al igual que otro campamento cualquiera, cuenta con juegos, actividades deportivas, caminatas, baños en la piscina y, como actividad estrella, un concurso de cocina diseñado por la sede central de la ONCE.
Todos los días tienen reservadas dos horas para ese taller de cocina llamado Espacio del chef, para impulsar el trabajo en equipo y que a los chicos les entre el gusanillo por aprender a cocinar, quien sabe si auspiciando lo que algún día serán. Cada jornada en esta actividad está prevista para los grupos de tres o cuatro niños, en los que hay ciegos totales, otros con restos visuales y los que tienen la visión completa. Deben reparar un plato específico, como por ejemplo la tostada con guacamole que realizaron el martes. Ayer sábado fue el concurso final, donde el jurado-monitor marcó la comida a imitar, para premiar luego la presentación, el sabor y la originalidad, todo ello bajo la visita de representantes de la dirección de la ONCE.
Los ganadores del concurso podrán ir en septiembre a Madrid para un evento preparado por esta institución y para todos los campamentos de verano del mismo grupo que tienen lugar en todos los lugares de España. El año pasado conocieron a Pepe Rodríguez Rey, uno de los cocineros de moda por el programa de televisión MasterChef, con un restaurante de una estrella Michelín. Este año aún no se sabe a quién podrán conocer, pero seguramente será alguien a su misma altura.
La estructura del campamentos está formada por nueve monitores que se dedican a realizar las actividades durante todo el día, y otros que específicamente están para enseñar las habilidades de la vida diaria para estas personas. El objetivo fundamental, como cuenta una de las coordinadoras del campamento y trabajadora de la delegación territorial de la ONCE en Canarias, María Vega, es que « se diviertan y que los niños hagan sus cosas de manera autónoma para poder llevarlo a su vida diaria una vez finalice el campamento».
Los jóvenes que están afiliados a la ONCE han podido invitar a sus amigos, hermanos o primos para que convivan, aprendan y se diviertan con el resto de chicos y chicas.
Abel Herrera, de la dirección zonal de Tenerife, coordinador del campamento y que desde pequeño pertenece a este grupo social, comenta que «al final lo que se busca con todo esto es normalizar una situación con el resto de niños», a lo que María Vega añade que es «imprescindible que cualquier persona comparta algún momento de su vida con otros que tengan discapacidad para que cambie su mentalidad».
Vega explica que esto debe ser un trabajo de toda la sociedad, donde cree que se deben cambiar ciertos aspectos del lenguaje e ideas, puesto que los términos que se utilizan no suelen ser los adecuados a la hora de dirigirse a estas personas. Desde la ONCE se trabaja e invierte mucho para que esta situación cambie y para que la vida de esta gente pueda ser tan normal como la de una persona que esté libre de la discapacidad.
A los coordinadores de este campus no les interesa que cuando vayan a cualquier sitio se les dé la exclusividad a estos niños, sino precisamente la inclusividad. Ellos mismos demuestran con demasiada sobradez que pueden hacer cualquier cosa que se propongan y además con muchas ganas. Para ellos la ceguera no es un impedimento, es solo una oportunidad para que los demás vean que las cosas se pueden hacer de manera diferente y con la misma dosis eficacia en los resultados.
Fuente: Canarias 7