Isabel Mena, consejera de Política Social del Cabildo, asegura que el joven no tendrá que pagar la cuota mensual de 1.800 euros para continuar en el centro hasta que obtenga plaza en un CADP.

Pino Santana admira una foto de Aarón González.

El casó Aarón tendrá un final feliz. El joven con parálisis cerebral, que cumplió el pasado martes 18 años, podrá continuar en la Ciudad de San Juan de Dios hasta que quede una plaza libre en uno de los centros de atención de discapacitados psíquicos. Está en el puesto número dos y mientras espera su turno, Pino Santana, su madre, no tendrá que asumir la cuota de 1.800 euros al mes con la que en un primer momento la amenazaron desde el centro donde actualmente reside.

Así lo confirmó a este medio ayer Isabel Mena, la consejera de Política Social del Cabildo de Gran Canaria. «Se están haciendo gestiones con San Juan de Dios por parte de las instituciones públicas, también del Cabildo de Gran Canaria, para solventar esta situación y para que no se le cobre nada a su madre. Él ocupará esta plaza hasta que lo podamos pasar al sistema de Política Social, porque en estos momentos está ocupando una plaza de Educación», prometió.

Una noticia que permite a Pino respirar tranquila. Hasta ayer, la madre de Aarón, que está sola a su cargo, había estado en un sinvivir desde que el pasado viernes San Juan de Dios le comunicara que al ser mayor de edad, la estancia de su hijo en el centro ya no lo costeaba el Gobierno de Canarias. «Cuando era menor de edad, Aarón ocupaba una plaza de la Consejería de Educación, no de Política Social. Está dentro de un proyecto educativo y Educación se hace cargo de las necesidades hasta que cumpliese los 18 años. A partir de ahí se tiene que producir un cambio para pasar de estar al amparo de la Consejería de Educación a estar dentro del sistema de Política Social», explica Mena.

La consejera del PSOE reconoce que hay fallos en el sistema que provocan casos como el Aarón. «Existe una falta de coordinación entre la Consejería de Educación y Políticas Sociales que no nos dan margen suficiente para hacer un buen tránsito, y que el niño pase de un sistema a otro con un espacio temporal que nos permita prestarle una atención inmediata». Por ello pide actuar en consecuencia. «Hay que sentarse y mejorar los protocolos de coordinación para que haya un trasvase de datos, saber cuando estos menores van a cumplir la mayoría de edad exactamente, tener una reserva de plaza y tener todo previsto para el día en que cualquier persona con discapacidad tenga que dar el salto de un sistema al otro», reclama. Con los trabajadores

La indignación de Pino también se trasladaba al poco tacto que, según ella, recibió por parte de la trabajadora social del Cabildo, quien no le ofreció ninguna solución. Ante esto, Mena defendió la labor de su personal. «Estoy convencida de que la trabajadora social le expuso la situación y las opciones que se podían dar. Pero nunca ha habido queja del trato, sino todo lo contrario. Otra cosa es que la madre, con toda la razón del mundo, esté enfadada y requiera una atención inmediata», recalca. Lo importante es que se ha llegado a una solución y Aarón seguirá teniendo un hogar sin que eso le suponga la ruina a su madre. Los dos lo merecen.

Fuente: Canarias 7